Más que con el santoral o los
difuntos, la festividad de Todos los Santos en Cádiz (Tosantos,
en abreviatura popular) está estrechamente relacionada con sus mercados
urbanos, de ahí que se la conozca también como Fiesta de los Mercados;
una costumbre que deviene del siglo XIX, cuando se procedía al suministro de
éstos de cara a esas fechas.
La idea
era presentar a los clientes los productos de la tierra, desde los
del campo (frutos secos, aceitunas, hortalizas…) a la carne (sobre todo de caza
y sus elaboraciones derivadas) y el pescado. El escenario principal, por tanto,
lo constituyen los dos mercados municipales, el Central y el de la
Virgen del Rosario, que son los verdaderos protagonistas hasta el punto de que
tienen una jornada de puertas abiertas y se organizan visitas (incluidas
escolares) para conocerlos, además de un amplio programa de actividades
recreativas.
Los productos se convierten en
material de adorno debidamente disfrazados, como las frutas y
hortalizas formando figuras antropomórficas o los animales ataviados con
vestiduras. Además también se recrean escenas caricaturescas y
satíricas sobre la actualidad política y social. Dado que hay casi un centenar
de puestos, el resultado es casi como una exposición o museo.